martes, 9 de abril de 2013

Ismael Lara Valero.

compartió la foto de Ismael Lara Valero.
LOS QUE HACEN ESTAS COSAS Y SE APROVECHAN DE LAS BUENAS PERSONAS SON UNOS SINVERGUENZAS Y NO MERECEN VIVIR.
Este señor es mi señor padre, jubilado de 67 años estafado por Catalunya Caixa a traves de la famosa Deuda Subordinada. Tras años de sacrificio ahorrando para tener una jubilacion honrosa ahora quieren aplicarle a sus ahorros una quita del 40% y el 60 restante en acciones que no valen nada, y todo por confiar en un director de sucursal sin escrupulos q se aprovecho de su desconocimiento y de la confianza depositada en la sucursal tras 35 años como cliente. En señal de protesta se ha encadenado a las puertas de la sede central de esta entidad en Barcelona. Ayudanos a difundir esta injusticia. Basta ya!
Este señor es mi señor padre, jubilado de 67 años estafado por Catalunya Caixa a traves de la famosa Deuda Subordinada. Tras años de sacrificio ahorrando para tener una jubilacion honrosa ahora quieren aplicarle a sus ahorros una quita del 40% y el 60 restante en acciones que no valen nada, y todo por confiar en un director de sucursal sin escrupulos q se aprovecho de su desconocimiento y de la confianza depositada en la sucursal tras 35 años como cliente. En señal de protesta se ha encadenado a las puertas de la sede central de esta entidad en Barcelona. Ayudanos a difundir esta injusticia. Basta ya!

Las comisiones petroleras del Rey Juan Carlos

Las comisiones petroleras del Rey Juan Carlos

sábado, 6 de abril de 2013

Discurso de Pepe Mujica en Río

POR FAVOR, LÉANLO.. ES FANTÁSTICO!


Discurso de Pepe Mujica en Río:
El discurso ya se está considerando histórico,
Mujica habló ante una audiencia de mandatarios que con desgano escucharon las verdades brutales que les decía, recien a días del discurso, la prensa internacional y el mundo comienzan a tener en cuenta que no fue un simple discurso el que dijo el presidente uruguayo.

Autoridades presentes de todas la latitudes y organismos, muchas gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y a su Sra. presidenta, Dilma Rousseff. Muchas gracias también, a la buena fe que han manifestado todos los oradores que me precedieron.
Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de apoyar todos los acuerdos que, esta, nuestra pobre humanidad pueda suscribir.

Sin embargo, permítasenos hacer algunas preguntas en voz alta.

Toda la tarde se ha hablado del desarrollo sustentable. De sacar las inmensas masas de la pobreza.

¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo que queremos es el actual de las sociedades ricas?

Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar?

Más claro: ¿tiene el mundo los elementos materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será eso posible?

¿O tendremos que darnos otro tipo de discusión?

Hemos creado esta civilización en la que hoy estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo.

Pero la economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha deparado esta globalización, cuya mirada alcanza a todo el planeta.

¿Estamos gobernando esta globalización o ella nos gobierna a nosotros?

¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía que basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?

No digo nada de esto para negar la importancia de este evento. Por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis que tenemos no es ecológica, es política.

El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida.
No venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general. Venimos al planeta para ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida. Esto es lo elemental.

Pero la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor de esto. Porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la economía, aparece el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros.

Pero ese hiper consumo es el que está "agrediendo" al planeta.

Y tienen que generar ese hiper consumo, cosa de que las cosas duren poco, porque hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica, entonces, no puede durar más de 1000 horas encendida.
¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil horas encendidas!
Pero esas no, no se pueden hacer; porque el problema es el mercado, porque tenemos que trabajar y tenemos que sostener una civilización del “úselo y tírelo”, y así estamos en un círculo vicioso.

Estos son problemas de carácter político.
Nos están indicando que es hora de empezar a luchar por otra cultura.

No se trata de plantearnos el volver a la época del hombre de las cavernas, ni de tener un “monumento al atraso”.
Pero no podemos seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado,
"sino que tenemos que gobernar al mercado".

Por ello digo, en mi humilde manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter político.
Los viejos pensadores –Epicúreo, Séneca y también los Aymaras- definían: “pobre no es el que tiene poco sino el que necesita infinitamente mucho”.
Y desea más y más.

"Esta es una clave de carácter cultural"

Entonces, voy a saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hagan.
Y lo voy acompañar, como gobernante.
Sé que algunas cosas de las que estoy diciendo "rechinan".
Pero tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es la causa.
La causa es el modelo de civilización que hemos montado.
Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.

Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay poco más de 3 millones de habitantes.
Pero hay unos 13 millones de vacas, de las mejores del mundo.
Y unos 8 o 10 millones de estupendas ovejas.
Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne.
Es una penillanura y casi el 90% de su territorio es aprovechable.

Mis compañeros trabajadores, lucharon mucho por las 8 horas de trabajo. Y ahora están consiguiendo las 6 horas.
Pero el que tiene 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más que antes.
¿Por qué?
Porque tiene que pagar una cantidad de cosas: la moto, el auto, cuotas y cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo al que se le fue la vida.

Y uno se hace esta pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana?
¿Solamente consumir?

Estas cosas que digo son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la felicidad.
Tiene que ser a favor de la felicidad humana; del amor a la tierra,
del cuidado a los hijos, junto a los amigos. "Y tener, sí, lo elemental"

Precisamente, porque es el tesoro más importante que tenemos.
Cuando luchamos por el medio ambiente, tenemos que recordar que el primer elemento del medio ambiente se llama "felicidad humana"

jueves, 4 de abril de 2013

Confrontan a Cifuentes en una TV de derechas:"Usted es una cinica"


Un parado portugués se niega a pagar impuestos para alimentar a sus hijos

 
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Entre alimentar a sus hijos y pagar sus impuestos, Alcides Santos, un informático portugués de 46 años que lleva dos en el paro ha optado por lo primero. Este martes, ha presentado una carta al proveedor de Justicia en la que argumenta su decisión de no pagar los impuestos, basándose en el artículo 21 de la Constitución Portuguesa, denominado Derecho de Resistencia.
No es que este portugués, padre de familia, no quiera cumplir con sus obligaciones, sino que considera que, en la dramática situación en la que se encuentra, tiene que establecer prioridades. Y en esa lista mental con la trata de llegar a fin de mes, lo prioritario es dar de comer a sus hijos. En el último lugar está pagar la contribución de su casa, el IVA y el IRS (similar al IRPF).
“El Gobierno, al no responder al desempleo con políticas de pleno empleo, está impidiendo que se cumpla el artículo de la Constitución que consagra el derecho al trabajo”, contaba en televisión hoy, justo después de presentar su requerimiento. “Mis hijos, mi familia y yo somos el producto de esa decisión del gobierno y he llegado a la conclusión de que tengo que establecer un orden en mis responsabilidades”, decía Santos, enumerándolas de mayor a menor grado de urgencia: “Obviamente lo primero es garantizar la supervivencia de mis hijos y de mi familia, después tengo que pagar el agua y la luz, también pagar la casa y en último lugar estará el pago de los impuestos”.
Hasta hace dos años, Alcides Santos trabajaba como informáticoganando un sueldo de más de 2.000 euros que en la ayuda por desempleo se redujo a la mitad. Desde que se le acabó el paro su familia, que vive al sur de Lisboa, tiene que sobrevivir con apenas un sueldo, los 600 euros que su mujer gana trabajando en un ‘call center’. De ahí, tienen que empezar a restar. Solo en la letra de la casa se dejan 400 euros, por lo que solo les sobran otros 200 euros para todo lo demás.
“Estoy viviendo por encima de mis posibilidades”, dice con ironía el informático, señalando que hasta para comprar bienes de primera necesidad tiene que recurrir a la tarjeta de crédito. Mientras tanto y como “los parados tienen mucho tiempo libre”, se puso a leer la Constitución, intentando encontrar una solución a su problema. De momento ha encontrado el recurso al artículo 21, que habla del derecho de resistencia que tiene todo ciudadano. En su caso, dice que “por encima del deber de pagar impuestos está el deber de no dejar que sus hijos pasen hambre”.

¿Un ejemplo a seguir?

Con un país con un millón de desempleados y en el que el paro no deja de aumentar, con una tasa por encima del 17%, el caso de Alcides Santos podría abrir un precedente. Entre los juristas, las opiniones se dividen. En declaraciones a ‘Público’, el constitucionalista Gomes Canotilho dice queel Derecho a la Resistencia consignado en la Constitución lusa se aplica a la defensa de “derechos, libertades y garantías”, lo que no podría aplicarse al Derecho al Trabajo, por lo que la acción de este parado podría estar más cerca de la “desobediencia civil” y no surtir efectos.
Para António Colaço, se trataría de “defender un bien o evitar un mal mayor”. En el caso del paro, en concreto, este jurista dice que la actitud de Santos podría justificarse para evitar lo que podría suceder a continuación, en concreto, actos desesperados como a veces es el suicidio.
Mientras tanto, Alcides Santos asegura que él “quiere cumplir” con sus obligaciones, pero también dice que mientras el gobierno no haga nada por cambiar la política de empleo, no sabe cómo va a conseguirlo. Desde hace semanas aguarda una respuesta para empezar a cobrar la ayuda familiar.